"Reseña Histórica"
 

La fundación del municipio data de la colonización española. El primer colonizador del estado fue el Capitán Don Francisco de Ibarra. Ya en esta época se descubrieron los minerales de Avino, Indé y Cuencamé, y se fundaron colonias agrícolas en los márgenes de los ríos. 

La región estaba poblada por tribus salvajes, nómadas y errantes, correspondiendo el lugar a los indios Zacatecas que se extendían hasta el río Nazas y Cuencamé, al norte; al sur llegaban a lo que corresponde ahora el estado de Michoacán. Al oeste limitaban con los tepehuanos que era la tribu más numerosa. Los Zacatecas eran dóciles y se sometieron pronto a los conquistadores, no así a sus vecinos del norte llamados Xiximes, que era la tribu más guerrera. 

En la construcción de la hacienda, los colonos se vieron envueltos en continuos ataque de los indios y para protegerse formaron una muralla de la que aún quedan restos. 

General Simón Bolívar es un municipio recientemente formado, a partir de la antigua municipalidad de San Bartolo, dentro del partido de San Juan de Guadalupe. 

El nombre de un antiguo rancho de San Bartolo, nos remonta a la época de la fundación de Cuencamé; Antón Martín es el nombre de este sitio, próximo a la hacienda de Mazamitote, y corresponde al del capitán Antón Martín de Zapata, justicia mayor de las Parras, laguna y ríos de las Parras, laguna y río de las Nazas, hacia el año de 1594, en el que dicho capitán, junto con fray Jerónimo Ramírez, establecieron la misión de San Antonio de Cuencamé. Martín de Zapata también aparece en la descripción jesuita de la fundación de Mapimí. 

Lo anterior nos permite establecer el criterio de que la zona de San Bartolo, perteneciente hasta principios del siglo actual al partido de Cuencamé, bien pudo servir de estancia a tan importante personaje, con jurisdicción sobre una amplia extensión del actual estado de Durango, y sobre varios municipios de la vecina entidad de Coahuila. Además, es de tomarse en cuenta, la proximidad entre Simón Bolívar y Parras de la Fuente. 

De cualquier manera San Bartolo no alcanzó gran desarrollo, pues la cabecera municipal se seguía considerando hacienda en 1910, por su limitada población, apenas superior al millar de habitantes. No sería hasta después de Revolución, en la época del reparto agrario, cuando mejorarían las condiciones de esta comunidad.